02/01/10

CRONICA de UNAS NOCHES - 18/12 en TABERNA EL FIN DEL MUNDO

Nos gusta este sitio y su gente...

Como aquel viejo blues que tocamos de vez en cuando: I feel like going home.
Volever año tras año a tocar en acústico en la morada del buen Carlos, nos gusta, y mucho.

Y allí también ha terminado la aventura de esta gira de invierno de 2009.

EL éxito de espectáculo en teatro nos retrasa un poquito... bises, aplausos, cd vendidos y autógrafos que firmar, no sin abrazos y agradecimientos por las dos partes...
Para eso tocamos y para eso nos esforzamos tanto, para todo ese Blues que la gente te devuelve . No podíamos huír tan pronto.
Pero llega el momento de recoger como se puede el teatro, los instrumentos que necesitaremos dentro de media hora.
El espectáculo ha terminado a las 21.15... siempre nos pasa lo mismo, no nos dejan nunca terminar cuando deberíamos...
A las 21.50 todo está listo para ir al centro de Madrid y terminar la noche... el concierto allí debería empezar a las 22.00 ... "ya vamos" le escribo en un sms a Carlos... una media mentira o una media verdad...
la policia no nos para, por suerte. Llegamos a la puerta del Fin del Mundo, y allí Carlos nos abre la puerta, tranquilo, pacífico: verdadero anfitrión. Nos saluda y nos abraza... nos hace sitio en su casa para que podamos tocar nuestra música... pero antes... nos ofrece una cerveza.. como no?!?!

Gabriele y Silvio montan lo poco que hay que montar cuando se toca sin amplificación... Stefano se va a aparcar..., facil, en lavapiés el sábado por la noche, pero es nuestra noche, la suerte nos besa.

Ahora llega lo bonito, y os lo cuento de primera persona (Stefano).

"He dejado los chicos descargando instrumentos. Vuelvo 10 minutos después y me encuentro todo preparado y ellos dos tocando un blues. En la barra un par de familias se están tomando algo, charlando. En una mesita unos niños están pintando o dibujando...
Llego, me quito el abrigo, me arreglo la corbata. Todo empieza.


Parecía como si estuvieramos en Truman Show. Saludo, presento la banda, sonrío a los niños.
Parecía que aquella gente era nuestra amiga de siempre. Nos sonríe, se alegra de que estemos allí para ellos. así es.
El buen Carlos nos pasa otra cerveza (...) y se sienta en la mesa en primer plano... sonríe y nos lleva el compás con su pié inquieto.
Todo es increíble y surreal, siempre lo es en El Fin del Mundo, creo que es por eso que se llama así... Todo es mágico... los niños escuchan nuestras histórias, los amigos de la barra se rién y no dejan de mover las caderas... el Blues fluye amistoso entre todos.
No hay microfonos, no hay amplificadores, pero no tenemos que gritar mucho... a nadie le gusta critar en casa de amigos... y así pasa una hora, y otra media... y otro cuarto, como siempre, por los bises que non terminan nunca.
Los nuevos amigos se abrigas, los niños van cayendo del sueño, tal vez soñarán una vieja história de blues...
Carlos nos mira, sonríe, nos da las gracias, y nos pone otra cerveza (...).

De todo lo que hemos vivido en estos días, de todas las emociones, esta del Fin del Mundo es la más increíble, y nunca seremos capaces de explicarla con palabras... tal vez escibiendo un blues...

Gracias a Carlos, grande Carlos, y gracias a los nuevos amigos que hemos encontrado en ese sitio cálido y especial.... no está mal, terminar la noche, en el Fin del Mundo.
Hasta allí hemos llegado con nuestros blues, y desde allí volveremos, seguramente una y otra vez.



Taberna El Fin del Mundo. Calle Doctor Fourquet 11, Madrid. Metro Lavapiés

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